Dios suple cada necesidad

“Porque yo he de saciar al alma cansada, y he de saciar a toda alma entristecida.”
Jeremías 31:25 (RVR1960)

Bendiciones en este nuevo día lunes, el primer día de la semana. Qué alegría poder saludarte y recordarte la fidelidad de Dios a través de Su Palabra.
El texto de Jeremías 31:25 nos habla directamente al corazón: “De los que tengan hambre les daré de comer y a los que tengan sed les daré de beber.” Esta promesa, dada por Dios al profeta Jeremías en tiempos de angustia y desesperanza para Israel, sigue vigente hoy para ti y para mí.

Israel atravesaba un momento difícil, sin esperanza ni oportunidad de ver la luz. Pero en medio de esa sequía, Dios trae una palabra de vida: “Yo mismo saciaré a los hambrientos, y daré de beber a los sedientos.”
Nuestro Dios es un Dios eterno, que trasciende los tiempos y no cambia. Esa palabra profética no solo fue para Israel, sino también para nosotros hoy. Si estás enfrentando necesidad —sea física, emocional o espiritual—, confía: Dios promete suplir todo lo que te falta.

Jesús mismo reafirmó esta verdad:

  • “Yo soy el pan de vida.” (Juan 6:35)
  • “El que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás.” (Juan 4:14)

En este inicio de semana, aférrate a la promesa de un Dios que no falla, que suple, que abre los cielos y trae refrigerio a tu alma. Si sientes sequedad, recuerda que el Espíritu Santo trae consuelo y palabra fresca directamente del cielo.
Hoy, toma un momento para agradecerle por Su fidelidad. No temas por el mañana: así como cuidó de Su pueblo ayer, hoy también te dice: “Yo te sustentaré.”

Oremos

Padre, gracias por tus promesas que no cambian. Gracias porque tú eres quien sacia el alma cansada y das de beber al sediento. Señor, en este día ponemos nuestras necesidades ante Ti, confiando en que nos suplirás y nos sostendrás. Bendice a cada uno de mis hermanos y hermanas que leen esta palabra; fortalece su fe y llénalos de esperanza.
En el nombre de Jesús, ¡amén!