Cuídate tu mismo

Te regalo esta palabra, mi estimado hermano y hermana: 1 Timoteo 4:16. El apóstol Pablo aconseja a Timoteo y le dice:


“Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.”

Pablo le insiste: “Ten cuidado de ti mismo”. A veces cuidamos de los demás, nos enfocamos en los problemas y errores ajenos, atendemos las necesidades de otros —y eso está bien, debemos cuidar de los hermanos, la familia y de quienes nos rodean—, pero… ¿y nosotros mismos? ¿Qué hay de tu vida espiritual? ¿Qué de tu vida física, tu salud, tu bienestar?

Ten cuidado de ti mismo.

Este es un tema amplio, quizás no podamos abarcarlo en este minuto, pero quiero decirte simplemente: Guarda tu corazón sobre toda cosa guardada.
Cuida de ti mismo y también de la doctrina. Lastimosamente, hoy en día hay tantas herejías, tantas cosas que se dicen, movimientos de un lado a otro… Hay que tener cuidado con las doctrinas, los movimientos, las corrientes teológicas y filosóficas.
Pablo dice: Persiste en ello, mantente siempre haciéndolo, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.


Es importante el testimonio, porque no solo afecta tu vida, sino también la de los demás. Por tanto, lo que predicas no solo hará que vivas una buena vida, sino que también puede llevar a otros a vivirla —o viceversa.

Oremos al Padre:

Padre, gracias en esta mañana hermosa porque nos das la oportunidad de abrir los ojos y ver lo que tienes para nosotros.
Ayúdanos a guardar nuestro corazón, a cuidarnos a nosotros mismos, a pensar en el cuidado personal —espiritual, emocional, físico—.
Ayúdanos, Señor, a cuidar lo que predicamos, lo que oímos, lo que recibimos, para que nuestro testimonio ayude a muchos a venir a tus pies. Oro en esta mañana para que esta palabra transforme nuestra vida y nos haga verdaderos creyentes, que adoremos tu nombre y te sirvamos con todo el corazón. Amén.

Que Dios te bendiga, que tengas un lindo día.


Recuerda: cuídate. Cuida tu corazón, cuida tu mente, cuida lo que predicas, cuida lo que recibes, para que puedas ser de bendición para muchos otros.
Un abrazo y bendiciones.